Monedas

Escucho la lluvia
y el lenguaje natural de los pájaros;
mientras un silencio cuelga
monedas de su piel,
rastrea intimidades
y yo, entretengo mis palabras,
construyo vitalidad de voces,
escribo a la deriva,
y siento como quema el oficio,
cuando incandescencias
de un largavistas atolondrado
desflora sensaciones a la diestra de mí,
acaricia a la hembra que llevo
y entre alaridos de furias y torpes recuerdos
agita los pañuelos
y con una nueva algarabía al hombro
silba sueños, empina el alma
y sin más vueltas anda por el aire
con todos los trasluces de vientos nuevos,
mirando desde un poema.

1 comentario:

  1. Ya te lo he dicho personalmente,esta poesía me hizo llorar, es muy muy bella.

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