Iconos

Con mirada irreverente tocaste mi piel
y fue entonces una suma de antologías
subida por los andamios,
después sin más,
hubo quemadura urgente de encuentro
acortando distancias
y un tiempo desmedido en el flujo del abrazo.
Fue revolución rutinaria de espejos
o una herejía buscada,
en el tatuaje de esa noche subida a los breteles
y un sueño de Tsunami
desnudando luceros de horizontes
¿Fue algo que vino
de la humedad del alma,
a romper talones de esquinas?
O sólo el regocijo de un recuerdo
que hoy quiso ser un ícono de pañuelos.

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